jueves, 31 de agosto de 2017

Y los profesores, ¿qué podemos aprender?

Una de las lecturas más interesantes del curso ha sido, en mi opinión, el artículo "Implicaciones de las teorías de Piaget y Vygotsky para los profesores", puesto que intenta trasladar las teorías de ambos psicólogos a la práctica.

De Jean Piaget ya hemos hablado brevemente en una entrada anterior. De Lev Vygotsky no hemos hecho aún las presentaciones.

Nacido a finales del siglo XIX, Vygotsky fue un psicólogo ruso de origen judío que, pese a morir joven, fue muy prolífico y dejó una nutrida obra. Ello le valió el sobrenombre de "el Mozart de la Psicología". De hecho, se le considera una de los más destacados teóricos de la psicología del desarrollo.

A él le debemos el concepto de zona de desarrollo potencial o desarrollo próximo, formulado dentro de su teoría sobre el aprendizaje. Dado su pronto fallecimiento, muchas de sus ideas no se difundieron hasta los años sesenta del s.XX, momento en que los círculos académicos del mundo occidental le descubrieron y encumbraron.

"La zona de desarrollo potencial no es otra cosa que la distancia entre el nivel de desarrollo actual, determinado por la capacidad de resolver individualmente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución del mismo problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con un compañero más capaz".

He de decir que el curso pasado ya surgió este tema en una clase Didáctica General y estuvimos buscando más información en casa. En el portal Youtube se pueden encontrar vídeos breves con ejemplos y explicaciones bastante ilustrativas. Sin embargo, ahora quiero centrarme en el contenido de la lectura mencionada al principio de este post, donde se plantea la siguiente cuestión:


"Vygotsky: ¿qué podemos aprender?"

Según el psicólogo ruso, existen al menos tres formas de aprendizaje o transmisión cultural: el aprendizaje por imitación, el aprendizaje por instrucción y el aprendizaje por colaboración. A pesar de que actualmente no es una palabra "bien oída" en los círculos pedagógicos, "Vygotsky estaba más interesado en el aprendizaje por instrucción a través de la enseñanza directa o de la estructuración de las experiencias que apoyan el aprendizaje. Por tanto, las ideas de Vygotsky resultan relevantes para los educadores que enseñan de manera directa y que, además, crean ambientes de aprendizaje", según el artículo de referencia.

Cuando el niño descubre el mundo, no está solo en esta tarea. Familia, profesores y compañeros le guían y ayudan constantemente gracias al lenguaje y la posibilidad de comunicación. Pero existen culturas en que la observación es lo que conduce al aprendizaje, sin necesidad de palabras. De esta forma llegamos a otro concepto importante: andamiaje. Aunque este término se lo debemos a Wood, Bruner y Ross (1976), en realidad con él se referían a la forma en que los educadores crean o estructuran ambientes de aprendizaje, posibilidad que ya contemplaba Vygotsky, aunque para este último los intercambios entre profesor y estudiantes debían funcionar de manera más dinámica. Así, cuando ciertas partes de una tarea se le resisten al niño o al joven, el docente está atento y le apoya, produciéndose entonces un aprendizaje asistido. Por lo tanto, y todavía siguiendo a Vygotsky, la labor del profesor va más allá que la mera adecuación del entorno.

¿Cómo funciona el aprendizaje asistido? En primer lugar, el alumno debe aprender lo necesario; luego se le proporciona información y motivación; después, de forma gradual, se permite al alumno que realice cada vez más tareas por sí solo. Es decir, hay un trasvase progresivo de autonomía. Puede parecer que el profesor abandona pronto al pupilo a su suerte en el camino del aprendizaje, pero en realidad se mantiene a su lado durante todo el recorrido, dispuesto a adaptar materiales al nivel del estudiante, a mostrarle procesos de pensamiento, a acompañar al chico a través de un problema complicado e incluso a resolver con él parte de la tarea. El mentor también pueden formular preguntas que obliguen al alumno a reenfocar su atención o bien ofrecerle feedback en momentos decisivos... En cierto modo, el docente es como una sombra amiga.

El artículo al que me he referido hoy se plantea el mismo interrogante con Piaget que con Vygotsky: ¿qué podemos aprender de él? ( ;-) pregunta para reenfocar la atención) Invito al lector a repasar el texto y descubrirlo (o redescubrirlo) por sí mismo.

El caso es que a Piaget y Vygotsky, pese a provenir de países diferentes, se les encuentra a menudo juntos en los libros y artículos sobre Psicología de la Educación. Se especula que ambos podrían coincidir en la idea de intermedio mágico o "zona de emparejamiento" (Hunt, 1961), es decir, una situación de aprendizaje donde los alumnos no se sientan aburridos ni frustrados, pero donde también exista una figura que pueda echarles una mano en caso necesario. A veces, esa persona no es un profesor sino otro estudiante.

Por último, habría que hacer hincapié en el diálogo y la discusión como medios esenciales para el aprendizaje, lo que implica animar a nuestros alumnos a usar el lenguaje para organizar su pensamiento. Ni más ni menos lo que venimos haciendo al escribir este blog.


FUENTES:

Artículo facilitado en clase, con el título "Implicaciones de las teorías de Piaget y Vygotsky para los profesores". Fuente primaria desconocida.

Reseña sobre Lev Vygotsky en Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Lev_Vygotski

[Última consulta: 31 de agosto de 2017]

Ejemplo de vídeo sobre la zona de desarrollo potencial:

https://www.youtube.com/watch?v=U4KnR5LyUFE

[Última consulta: 31 de agosto de 2017]




El profe pirata

Cuando abra esta bitácora, el lector observará que llevamos un par de días navegando por diferentes teorías del aprendizaje. Al detenernos en cada una de esas islas, conocemos también los nombres de aquellos intrépidos "exploradores" que han hecho historia en la Psicología de la Educación. Pavlov, Bruner, Ausubel o Piaget -pipa en ristre- son algunos de esos avezados marineros... que no siempre han visto el mar.

Después de remar incluso bajo la tormenta, encuentro esta noche una playa tranquila desde la que despedir el verano. La gran nao quedó anclada mar adentro y una barquita inquieta me acerca alegre a la orilla. Y bajo las estrellas -hoy el cielo ya está limpio- me dispongo a descansar un rato.

Mientras repongo fuerzas para continuar el viaje (aún le debo una visita a Vygotsky), os propongo un paréntesis para ver una peli de bucaneros. Apago mi candil (que dentro de un rato estará de nuevo engrasado), aparco la pluma y enciendo una revolución que ya es posible en las aulas, la que propone este profe pirata... ¡gallego tenía que ser!

https://www.facebook.com/gofundme.es/videos/10155717361312494/

El puntual Piaget

Tecleo Piaget en el buscador y resulta ser una marca de relojes de lujo. "Desde 1874", reza la web oficial. Esta empresa suiza se siente muy orgullosa de las piezas que salen de su manufactura desde hace más de un siglo. Especialmente apreciados son los relojes con brazalete en oro, considerados auténticas obras de arte. Solo por la precisión que se atribuye a los relojes suizos resultaría ideal reservarse la muñeca izquierda para portar un Piaget. Si, además, puntualidad y elegancia se dan la mano, un Piaget parece el regalo perfecto... para aquel que se lo pueda permitir ¡claro!

No sabemos si el psicólogo Jean Piaget, también suizo de nacimiento, llegó a mirar la hora en una esfera con su propio apellido. El caso es que cuando nació, en 1896, ya salían relojes del taller de mecanismos de precisión Piaget, instalado en las montañas del Jura. Allí, en la aldea Côte aux Fées, fue donde Georges Édouard decidió abrir su pequeño negocio, aprovechando las dependencias de una granja familiar. Meticuloso y creativo, este relojero famoso por su savoir faire, comenzó fabricando relojes de bolsillo. Et voilà! Ahí podría estar la conexión. Si uno mira retratos de Jean Piaget en Internet y observa su indumentaria, no solo se fijará en la boina y las gafas redondas, sino que podrá reparar en el cordoncito que traspasa un ojal de su chaleco y va a morir a un pequeño bolsillo sobre la panza. Ese inocente aplique de tela en su traje podría esconder un tic tac perfecto.



A mí Suiza siempre me pareció un país de cuento que para nada vive del cuento (aunque sí de la evasión de capitales desde países cercanos). Hasta el pueblo de nuestro célebre relojero tiene un nombre fabuloso, algo así como Costa de las Hadas, traducido a español. Es como si los suizos tuvieran una varita mágica para hacerlo todo bien. Definitivamente, ellos no entienden de chapuzas. Bueno, bonito... pero no barato.

Teniendo como fondo ese paisaje idílico, Jean Piaget también parece un personaje sacado de los "contes de fées", el típico abuelo bonachón que fuma en pipa, al que todos tienen por el más sabio del lugar. Desde luego, Jean Piaget llegó a ser profeta en su tierra. Pero sus teorías no solo habitaron en Suiza, saltaron los Alpes y viajaron más allá, desafiando igualmente el paso del tiempo, pues aún hoy se aplican en la escuela.

A lo largo del curso, en la asignatura de Psicología de la Educación, varios han sido los textos leídos sobre Piaget, cuyas ideas podemos situar bajo el paraguas de las teorías cognitivas, aunque también podemos asociarle filosóficamente al constructivismo.

Superado el conductismo, para Piaget, el constructivismo "es un proceso de asimilación-acomodación, por medio del cual el alumno construye su propio pensamiento y conocimiento, interaccionando sus capacidades y el ambiente".

El proceso de aprendizaje que él describe es bastante fácil de entender: el alumno asimila lo que viene de fuera y entra en conflicto cognitivo, es decir, confronta el nuevo conocimiento con los que ya sabe y sus experiencias vitales y somete sus estructuras mentales a un proceso de acomodación con la meta de alcanzar progresivamente un nuevo equilibrio. Esta es, básicamente, la síntesis de su teoría.



En otro de los artículos facilitados en clase se explica con más detalle las diferentes etapas evolutivas por las que pasamos los seres humanos desde el nacimiento, quedando claro que existen diferencias entre el pensamiento adulto e infantil. Valga como ejemplo que el concepto que tienen los niños del tiempo es diferente. Me sonrío al pensar que, incluso si consideramos a dos personas de la misma edad, el sentido del tiempo entre un suizo y un español tampoco es el mismo. Seguro que el señor Piaget llegaba siempre puntual a sus citas. Para mi amiga Pilar -no hay nombre más castizo que el de nuestra patrona- resulta misión imposible :)




FUENTES:

Artículo facilitado en clase: "2.1.2. Teorías cognitivas". Fuente primaria desconocida.

Artículo facilitado en clase: "2. Teorías cognitivas del aprendizaje". Fuente primaria desconocida.

Web oficial de la Maison Piaget:

http://www.piaget.es/manufacturas-relojes-y-joyas

[Última consulta el 31 de agosto de 2017]




Deconstruyendo el constructivismo

Llegamos al constructivismo, y no me refiero a ninguna burbuja inmobiliaria. Es este un modelo de aprendizaje en el que el alumno tiene el papel protagonista: el estudiante ya no se limita a reproducir informaciones y contenidos, es él quien los construye.

Dentro del constructivismo, destacan dos teorías: la de Bruner y la de Ausubel, aunque ambos compartían una misma idea: los alumnos aprenden cuando comprenden. La diferencia estriba en que Bruner defiende el aprendizaje a través de un proceso de descubrimiento guiado, mientas Ausubel aboga por el aprendizaje deductivo. Veamos ambas teorías con más detalle.

1. El aprendizaje por descubrimiento 

(Jerome Bruner, 1969, 1973, 1984, 2003)


Una de las claves para entender esta teoría es conceder al alumno de un papel activo en su propio proceso de aprendizaje, resultando un modelo básicamente inductivo que funciona así:
  • El alumno no necesita una información inicial sistematizada sobre el tema de estudio.
  • El alumno manejará información básica que le servirá para descubrir nuevos contenidos y "apropiárselos", en cuanto a que los hace suyos porque él los localiza, estructura y trabaja.
  • El profesor tiene una labor social: ayudar a que el alumno se desarrolle como individuo y establecer puentes entre el aprendizaje y el pensamiento, animando al alumno a conectar ideas.
  • La forma de proceder del docente es, entonces, guiar al alumno para que avance desde lo próximo a lo lejano, de lo particular a lo general.

El modelo de Bruner parece indicado para trabajar contenidos en los tiempos que corren, dado que el grado de información que el docente debe transmitir al alumnado es enorme. Para manejar tanta información, el estudiante debe aprender a seleccionar y simplificar, usando las representaciones

Como posible crítica, hay que señalar que este modelo de aprendizaje es lento y no siempre es necesario en el aula. No obstante, en ciertos casos puede resultar muy útil, como cuando queremos introducir temas novedosos o contenidos especialmente difíciles para los estudiantes.

Para ampliar el tema de las representaciones, podemos hacernos eco de los tres tipos diferentes que se citan en las lecturas propuestas en clase de Psicología de la Educación. Veamos:

a) Representación de acción o conocimiento enactivo: habilidad de comunicarse a través del cuerpo. Por ejemplo, preparar una escenificación teatral de un tema.

b) Representación icónica: usar imágenes como "grandes resúmenes de la acción". Ejemplos: los iconos en la pantalla de un ordenador; elaborar murales, dibujos o pósteres en clase; explicaciones del profesor con apoyos visuales en la pizarra electrónica.

c) Representación simbólica: habilidad para estructurar la realidad a través del lenguaje. Se trata de la forma de representación más potente, pero también de la más difícil de dominar para el alumno.

A partir del tema de las representaciones, el docente tendrá en cuenta lo siguiente:
  • Detectará las formas de representación del alumno y estimular cada una de ellas.
  • Adaptará los contenidos difíciles al nivel de representación más adecuado para facilitar su comprensión a los estudiantes.
  • No presentará a los alumnos el material en su forma final, sino de tal manera que ellos tengan que organizarlo descubriendo y conectando datos.

2. El aprendizaje significativo 

(David Ausubel, 1963, 1968, 1983)


Esta teoría ha cogido fuerza en los últimos años y en ella subyacen tres ideas básicas:
  • El aprendizaje significativo se da cuando el alumno relaciona nuevas informaciones con contenidos previos. Dichas relaciones no serán arbitrarias (como ocurre en el aprendizaje por repetición o memorístico), sino que deberán tener un sentido más profundo.
  • Los contenidos deben ser significativos, es decir, necesarios e importantes para el alumno.
  • Se trata de un aprendizaje por recepción que avanza deductivamente (de lo general a lo particular).

Lo positivo de Ausubel es que no excluye que, para ciertos contenidos, podamos recurrir a cierta proporción de aprendizaje por repetición o por descubrimiento, estableciendo nexos de unión con otras teorías.

Como requisito fundamental, se advierte que el alumno debe tener una actitud favorable, esto es, estar motivado y tener habilidad para conectar lo que ya sabe con lo que quiere aprender. Sobre esta base, los contenidos que vaya asimilando se integrarán en su pensamiento de una forma muy estable y no los olvidará con facilidad, lo que constituye una ventaja respecto a otros modelos.

Por último, dependiendo del tipo de asociación que el alumno logre establecer entre la información nueva y la preexistente, Ausubel estableció tres tipo de aprendizaje significativo:
  • Aprendizaje subordinado
  • Aprendizaje supraordenado
  • Aprendizaje combinatorio

En resumen, en el aprendizaje significativo se produce un cambio en la estructura cognitiva del chico. Pero Ausubel también se ocupa de los mecanismos del olvido, que para él es una forma de asimilación obliterativa. Lo que ocurre es que, con el tiempo, se pierden los detalles de un hecho para ayudar a recordar lo más general de aquel acontecimiento. He aquí su ejemplo preferido: "Cultura es aquello que queda después de haberlo olvidado todo".

Como cierre de esta lectura aparecen tres cuadros realmente útiles para profesores que se dispongan a aplicar el aprendizaje significativo en clase: uno recoge los errores más comunes que cometen los docentes al usar este modelo; el segundo cuadro se refiere a los aciertos y buenas prácticas; y el tercer cuadro presenta un ejemplo de contenido de Enseñanza Secundaria presentado bajo el enfoque de Ausubel. Personalmente, me parecen recursos muy ilustrativos que podrían servirme en mi desempeño profesional.

La principal crítica sobre el aprendizaje significativo es que no parece dar tan buenos resultados a la hora de enseñar conocimientos de tipo procedimental. Por tanto, sería una teoría de aplicación limitada en mi ámbito de trabajo, que es la Formación Profesional.

Pese a la innegable paternidad de Ausubel, también han estudiado y teorizado sobre el aprendizaje significativo autores como Novak (1983) y Reigelutk (1985), a los que debemos asimismo interesantes contribuciones que invitan a seguir investigando sobre el tema.

Finalmente, debemos aclarar que estos dos modelos constructivistas, del de Bruner y el Ausubel, pueden estudiarse también dentro del "saco" de las teorías cognitivas, junto a Piaget, Vygotsky y otros autores.



FUENTES:

Artículo facilitado en clase: "Modelos psicológicos del proceso de enseñanza y aprendizaje", extraído del libro Psicología para el profesorado de Educación Secundaria y Bachillerato. Ediciones Pirámide.

Artículo facilitado en clase: "2.1.2. Teorías cognitivas". Fuente primaria desconocida.

Un puente hacia EOR

Aunque EOR suene a un extraño país de la serie Juego de Tronos, vamos a demostrar que esas siglas sirven para nombrar un "territorio teórico" perteneciente al reino de la Psicología de la educación. Así, en esta entrada vamos a introducirnos en los modelos cognitivistas de enseñanza y aprendizaje, también llamados modelos EOR.

En el post anterior dirigimos nuestra atención hacia los paradigmas conductistas, haciendo una referencia final a las teorías de Bandura, psicólogo que en realidad bebe de ambas corrientes, la conductista y la cognitivista, y es quien nos va a servir de puente para llegar a la "otra orilla".

Recordemos que los modelos conductistas analizaban respuestas observables en sus sujetos de estudio y despreciaban los procesos internos que les llevaban a emitir dichas conductas, ya que dichos procesos no eran fenómenos "visibles" desde el punto de vista científico. "Lo que no se ve no existe", debieron pensar los expertos de esta corriente, por lo que decidieron ignorar mecanismos mentales sobre los que luego otros estudiosos alzaron su bandera. Bandura fue uno de ellos, uno de los primeros psicólogos en abrazar las tesis cognitivistas, es decir, aquellas que centran su atención en los procesos internos de emisión de conductas. Surgen así los modelos E-O-R, donde la respuesta (-R-) no solo depende de estímulos externos o del ambiente (-E-, por el término inglés environment ), sino también de cómo los procesa el organismo (-O-). 

Me refiero de nuevo a la entrada anterior de este blog para reconocer que en ella no me extendí demasiado acerca de los postulados de Bandura. Me reservaba para un "aquí y ahora" como este momento perfecto: las tormentas de final de verano invitan a quedarse en casa, tomar un té y escribir frente al ordenador. 

1. Teoría del aprendizaje social (Bandura, 1997)

Al filo del siglo XXI, Bandura propone una teoría que pone el acento en los procesos simbólicos, autorregulatorios y vicarios implicados en el aprendizaje. La conducta no sólo depende de lo que ocurre en el entorno, sino también de la propia persona, que tiene capacidad de pensar y comunicarse (pensamiento simbólico), así como capacidad de regular su propio aprendizaje. 

Como vimos en una ocasión anterior, Bandura, desde sus primeras investigaciones, daba mucha importancia al aprendizaje por observación, indicando que la mayoría de cosas que aprendemos no se asimilan por ensayo y error, sino mirando y copiando un modelo, un ser o máquina más competente. 

Sí habíamos citado ya los tipos de refuerzo que Bandura categorizó, entre los que resulta clave el reforzamiento vicario: la conducta de un individuo se mantiene o aumenta después de haber observado a otro ser que, realizando la misma acción, es por ello premiado. 

Igualmente, Bandura habla del castigo vicario: un individuo disminuye o abandona una conducta tras contemplar cómo otro ser ha sido castigado por ella. 

Cuando leía en las fotocopias facilitadas en clase sobre el refuerzo y el castigo vicarios no pude evitar recordar una noticia de la que hablé el curso pasado en el blog de Teorías y Sociología de la Educación. La noticia trataba sobre el programa Kiva, una nueva estrategia propuesta en Finlandia para prevenir el acoso escolar. 

Este nuevo enfoque contra el bullying no se preocupa tanto de asistir a las víctimas, sino de trabajar con los espectadores y lograr en ellos un cambio de actitudes y actuación, como mejor método de prevenir la violencia. En vez de favorecer su silencio, el encubrimiento del agresor o incluso reacciones como "reírle la gracia al maltratador", el programa se propone influir en el grupo de estudiantes para que apoyen a la víctima y manifiesten abiertamente que no aceptan las prácticas de abuso. En este sentido, si un joven atemoriza a un compañero de clase o lo ridiculiza, el resto de la clase debería, por ejemplo, censurar claramente el acto y denunciarlo ante el profesor o la directiva, que decidirá una posible sanción y/o expulsión. De este modo, si otro chico observa la situación, aprenderá de forma vicaria que la conducta de acoso es reprobable y conlleva un castigo. Por tanto, lo más probable es que se sienta disuadido de cometer este tipo de delitos en el futuro.

En mi opinión el aprendizaje social de Bandura pone de relieve la importancia de la vida en comunidad. Dentro de un grupo, por simple observación, se da un valioso trasvase de conocimiento entre sus miembros, lo que ahorra tiempo y esfuerzo a cada aprendiente, no estando obligado este a descubrir por sí mismo cada concepto o técnica importante para su supervivencia o desarrollo personal. Se trata de aprovechar el conocimiento acumulado previamente por otros, especialmente por determinados individuos, aquellos que son "maestros" en su trabajo, sabios en una materia o simplemente personas de conducta ejemplar.  Aunque, por supuesto, siempre existe el riesgo de imitar a las "ovejas negras" del rebaño.

NOTA A ESTE APARTADO:
A modo de curiosidad, señalaré que Albert Bandura nació en 1925 y es el psicólogo vivo más citado en la literatura científica de todos los tiempos.

2. Teoría del procesamiento de la información (PI)

En el artículo de referencia, la PI se nos presenta como "la más relevante de las teorías cognitivas". Usando una analogía entre la mente humana y el funcionamiento de un ordenador, el objetivo es explicar y mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El esquema de funcionamiento que postula la PI es el siguiente: una persona recibe una información del ambiente (E); las estructuras mentales permiten procesar la información (O); finalmente, el individuo emite una respuesta (R). De las tres fases, se hace bastante hincapié en la segunda, la de los procesos internos que participan en el tratamiento de la información percibida.

Para Robert M. Gagné (psicólo americano influido por el conductismo y constructivismo), el aprendizaje es un proceso en diferentes fases:
  1. Fase de motivación, en la que presentaremos al alumno el material de estudio de forma atractiva, para captar su atención. También es recomendable anunciar algún tipo de recompensa. Hay que lograr que el alumno mantenga expectativas positivas acerca de la utilidad de las tareas. 
  2. Fase de información, en la que contamos al alumno los objetivos que perseguimos, de modo que el alumno se sienta más partícipe de su aprendizaje y organice su pensamiento en función de las metas.
  3. Fase de adquisición, en la que partimos del conocimiento previo que cada alumno tiene sobre la materia propuesta y ayudamos al alumno a ir construyendo sobre eso. 
  4. Fase de retención, en la que presentaremos nuevas informaciones de forma secuencial, sin sobrecargar, permitiendo que estas sean adecuadamente almacenadas en la memoria a corto o largo plazo. La memoria de trabajo también entra en juego en esta etapa del aprendizaje.
  5. Fase de recuerdo, para la que resultarán muy útiles las guías y estrategias para recuperar datos de forma eficaz.
  6. Fase de generalización, en la que el alumno podrá usar la información almacenada para enfrentarse y resolver nuevas tareas (este mecanismo se denomina "transferencia del aprendizaje")
  7. Fase de desempeño, en la que el alumno refleja lo que ha aprendido al actuar o presentar un producto concreto. Según Gagné, hay diversas maneras de generar respuestas y expresar el nuevo conocimiento (en la página 124 encontraremos algunos ejemplos).
  8. Fase de retroalimentación, en la que se evalúa el grado de cumplimiento de los objetivos y se aplican recompensas en caso necesario. 
Esta teoría me parece interesante porque conecta algunos de los conceptos que vimos el curso pasado en Procesos Psicológicos Básicos con aspectos de la Psicología de la Educación. Por ejemplo, acabamos de ver que la PI, durante la fase de retención de la información, solicita la puesta en marcha de las memorias a corto y largo plazo, así como de la memoria de trabajo, funcionando todas ellas como almacenes o mecanismos esenciales en el proceso de aprendizaje. 

Otro acierto de Gagné fue describir el proceso por fases, de modo que resulta una orientación muy útil para el docente, quien puede proponer tareas y actividades siguiendo la estructura de la teoría PI, lo que garantizaría en cierta medida el éxito en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Vistos dos modelos cognitivistas (aunque existen más), dejamos para una próxima entrada el modelo constructivista, representado como veremos por las teorías de Bruner y Ausubel.

Ayer, cuando empecé este post, llovía. Hoy de nuevo luce el sol en las faldas de Sierra Nevada.


FUENTES:

Artículo facilitado en clase sobre "Modelos psicológicos de enseñanza y aprendizaje", extraído del libro Psicología para el profesorado de Educación Secundaria y Bachillerato. Ediciones Pirámide.

Sitio web del programa Kiva:


[Última consulta: 30 de agosto de 2017]

Breve biografía de Albert Bandura:

https://es.wikipedia.org/wiki/Albert_Bandura

[Última consulta: 31 de agosto de 2017]



miércoles, 30 de agosto de 2017

De novatos a maestros: el camino del aprendizaje

Este verano los examinadores de tráfico anunciaron una huelga indefinida a partir de Septiembre. Hace apenas una semana esta fue, finalmente, desconvocada. Sin embargo, las consecuencias se han dejado sentir en el negocio de las autoescuelas, para las que el verano suele ser "temporada alta" en cuanto a número de alumnos inscritos. Miles de jóvenes, tras acabar sus exámenes del instituto o la universidad, aprovechan las vacaciones estivales para sacarse el carné y sumar puntos no solo a su licencia, sino también al curriculum, ya que tener permiso de conducción les proporciona un plus como candidatos ante numerosas ofertas de trabajo, además de ser -lógicamente- una útil herramienta de independencia y movilidad personal.

A pesar de estas ventajas, en esta campaña veraniega 2017 muchos aspirantes a conductor novel han interrumpido su fase de entrenamiento por ciudad y carretera. Mejor tomarse vacaciones full time y no malgastar su dinero en unas clases prácticas que, debido a la suspensión de las pruebas oficiales, tendrían que volver a refrescar -y pagar- más adelante, una vez zanjado el conflicto laboral y reabierta la convocatoria de exámenes de la DGT. Solo entonces les llegaría a estos jóvenes el turno de demostrar su pericia y responsabilidad al volante. Sin pasar el trance del examen para obtener el ansiado permiso, todo el proceso de preparación, así como el esfuerzo económico del alumno, deja de tener sentido. La motivación cae en picado.

¿Por qué he decidido comenzar la entrada de hoy con este tema? Lo hago estableciendo un cierto paralelismo con la forma en que se abre el artículo de Psicología para docentes que voy a comentar a continuación. El artículo al que me refiero se titula Modelos, paradigmas y metáforas del aprendizaje, del que deseo empezar destacando una posible definición de aprendizaje como "el camino que debe recorrer el novato para convertirse en experto". Dicho texto comienza describiendo el proceso de aprendizaje de la conducción, demostrando que cualquier individuo, para llegar a desarrollar esta habilidad, ha de presentar unas condiciones previas, adquirir una técnica y luego practicarla repetidamente para asentar su conocimiento y llegar a interiorizarlo.

Parece evidente que para aprender algo nuevo tenemos que partir de un cierto grado de ignorancia sobre la materia que queremos asimilar o la facultad que deseamos adquirir. No obstante, tuvo que ser el psicólogo norteamericano Jerome Bruner quien subrayara esta "atribución de ignorancia" previa.

Antes de seguir profundizando en el tema, resulta necesario diferenciar entre distintos tipos de aprendizaje. De partida, en el artículo se habla de:
  • Aprendizaje motor: el que implica habilidades físicas
  • Aprendizaje afectivo: referido a las emociones
  • Aprendizaje cognitivo: asimilar ideas y conocimientos
¿Qué procesos psicológicos permiten cada tipo de aprendizaje? No todos los especialistas lo explican igual, de ahí que existan diversas concepciones teóricas o paradigmas, destacando como corrientes más significativas: la conductista y la cognitivista, aunque también deben contemplarse los paradigmas histórico/cultural y constructivista e, incluso, las aportaciones del paradigma humanista (aprender a ser, aprender a vivir, aprender a convivir).

Debemos señalar que la psicología de la educación ha evolucionado a lo largo de la historia, de modo que se han producido cambios paradigmáticos, dominando en cada etapa una teoría sobre el resto. Dichos cambios se entenderán mejor gracias a tres metáforas esenciales (ver tabla 1.2. del artículo): 
  • Aprendizaje como adquisición de respuestas (años 50 del s. XX)
  • Aprendizaje como adquisición de conocimientos (años 50-60)
  • Aprendizaje como construcción de significados (años 70-80)

Para distinguir y comparar los paradigmas citados más arriba -y las teorías en que finalmente se han materializado- es útil obsevar unos parámetros básicos, por ejemplo: origen del paradigma, ideas principales y concepción del alumno y del maestro dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Así, en la tabla 1.1 se presentan los rasgos definitorios de dos tipos de aprendizaje: repetitivo y por comprensión. Si comparamos ambas columnas, veremos que los sujetos del aprendizaje no toman la misma actitud en cada caso; si bien uno es estático y se limita a reproducir conocimientos, el otro es dinámico y capaz de producir ideas. La forma de enseñanza y el tipo de evaluación también cambian, así como los roles del profesor y el alumno. El cuadro ilustra de este modo los cambios que se han producido en la psicología del aprendizaje al ir de un modelo a otro, de modo que el profesor pasa de mero transmisor a guía del proceso, mientras el alumno va tomando un papel cada vez más autónomo y activo en la aventura del saber y del hacer.

Conocer estas teorías y los devenires de la psicología educativa es importante para cualquier futuro profesor, especialmente en el marco de la sociedad información y del conocimiento en la que ha de desempeñar su labor, una sociedad marcada asimismo por la complejidad y el cambio constante.

El conductismo  y el aprendizaje en la escuela

Cuando se abordan las teorías del aprendizaje, es inevitable citar el conductismo, que explica el aprendizaje como una especie de bucle en el que la conducta de un individuo provoca unas consecuencias que, a su vez, controlan su conducta.

Así, en este caso, el proceso se concibe como "adquisición de información, conocimientos, hábitos..." y la definición de aprendizaje que se suele usar es: "cambios relativamente permanentes en la conducta del individuo que resultan de la experiencia, no de la maduración".

Dentro del marco del conductismo y de su forma de entender cómo se producen los actos humanos, una de las piezas básicas es el aprendizaje por asociación.

Quizá lo entendamos mejor si recurrimos a otro concepto clave de este paradigma: el condicionamiento. Seguramente, la memoria del lector se habrá iluminado como una gran pantalla de cine donde vemos salivar al perro de Pavlov... Caliente, caliente. Ivan Pavlov fue un fisiólogo ruso que recibió el premio Nobel de Medicina por sus investigaciones sobre el aparato digestivo, pero sus experimentos también acabaron teniendo una repercusión extraordinaria en el campo del aprendizaje.

En el artículo que nos ocupa no aparece ni rastro del famoso perro al que Pavlov, haciendo sonar una campana, avisaba de la hora de comer. Pero el texto sí incluye otro ejemplo de aprendizaje por condicionamiento clásico (o respondiente), en este caso aplicado a la relación profesor-alumno en el aula. En este primer tipo de condicionamiento, un estímulo en principio neutro (EN) acaba por generar en el sujeto de estudio respuestas condicionadas (RC). En este proceso de condicionamiento tiene mucho que ver el hecho de que el mismo estímulo se presente repetidamente y siempre provoque en el individuo una determinada respuesta, de modo que dicho estímulo deja de ser inocuo y pasa a ser condicionante (EC).

¿Por qué es importante el condicionamiento clásico? Aunque los alumnos no suelen ser conscientes de este tipo de aprendizaje, muchas respuestas emocionales en el aula se aprenden de esta manera. Por tanto, los profesores deben tener en cuenta los estímulos que se asocian a los contenidos y conocer qué estímulos son más adecuados para lograr el mayor rendimiento posible.

Por otra parte, debemos conocer un segundo tipo de condicionamiento: instrumental u operante. Esta teoría fue propuesta por Burrhus F. Skinner y se centra en la conducta (respuesta) de la persona, que a menudo no necesita de un estímulo externo, sino que es una elección deliberada e intencional del individuo. Esa conducta se repetirá en el tiempo o se evitará si va seguida de un reforzamiento, el cual puede ser positivo o negativo (el artículo aclara que no debe confundirse con un reforzador).

Además, en este apartado también se habla del castigo y de su discutible aplicación en la escuela. De hecho, se afirma que sus efectos en el aprendizaje "parecen muy remotos", sin olvidar que el castigo genera un clima de tensión poco propicio en el aula. Por el contrario, sí que existe más certeza sobre los efectos favorables del reforzamiento positivo. 

El castigo se pone asimismo en tela de juicio por más razones. Si se castiga habitualmente a un niño, puede que el menor se acostumbre y lo use como una forma de llamar la atención de sus profesores. Otro caso es el de los chicos agresivos a los que frecuentemente se les aplica algún tipo de correctivo, activando una espiral interminable de castigo-agresión-castigo. A esto hay que sumar que el llamado "control aversivo" puede generar otros dos tipos de aprendizaje: el de evitación y el de escape. Teniendo en cuenta estas consecuencias negativas, los psicólogos de línea conductista se decantan por la aplicación de procedimientos de control positivo.

Llegados a este punto, la clave está en cómo aplicar reforzadores que favorezcan tal o cual conducta. El condicionamiento operante usa los programas de reforzamiento, existiendo cuatro diferentes:
  • Razón fija
  • Razón variable
  • Intervalo fijo
  • Intervalo variable
Si vemos el artículo, la tabla 1.3 ofrece dos ejemplos de cada tipo de programa de reforzamiento. Después se habla de dos importantes procesos que se dan en el aprendizaje por condicionamiento:
  • Discriminación: capacidad de responder de manera distintas ante estímulos diferentes
  • Generalización: lo que se aprende se aplica a nuevas situaciones (efecto expansivo)
Finalmente, el texto se centra en el aprendizaje por observación del psicólogo Albert Bandura, quien sugiere que la mayor parte de los aprendizajes se producen por imitación. En este proceso habría cuatro fases o componentes (ver tabla 1.4):
  • Adquisión y atención
  • Retención y codificación simbólica
  • Ejecución y reproducción
  • Consecuencias
El modelo de Bandura se basa en los siguientes pilares:
- Este psicólogo canadiense recoge ideas de los modelos conductistas y cognitivos
- Para él, las estructuras cognitivas internas y el ambiente interactúan constantemente

Lo que me ha parecido realmente interesante en su teoría es el gran poder del individuo para dirigir su propia conducta, ya que este desarrolla mecanismos de autoevaluación y autorrefuerzo, algo que podrían aprovechar los profesores, por ejemplo dando más autonomía y protagonismo al alumno a la hora de fijar criterios para valorar su propio rendimiento.

Por último, quiero señalar la gran importancia de la motivación en el aprendizaje observacional. Bandura distingue tres tipos de incentivos: directos, vicarios y autoproducidos, los cuales a su vez pueden ser internos, externos o autogenerados

Como en un círculo, como si hubiésemos entrado con el coche en una rotonda y hubiésemos girado una vuelta completa, volvemos al tema de la motivación, ese que comentábamos al principio al hablar de los aprendices de conductor. Si el proceso de aprendizaje, a menudo arduo y lleno de dificultades, no se ve reforzado y recompensado de alguna forma, pierde fuerza y sentido, conduciendo a la frustración y el abandono. 

Solo me queda ya felicitar a todos los conductores noveles que están a punto de obtener su carné y que tan orgullosos colgarán pronto una "L" en la luna trasera del coche. Todos los que hoy nos ponemos al volante a diario, recorrimos en su día ese mismo camino de tests, prácticas y nervios para obtener el permiso, aunque no tuviéramos que hacer ningún "Stop" por una huelga de examinadores. Precisamente esa señal, la de Stop, no existe en el código vital del aprendizaje... un camino sin final.


FUENTE:
Artículo facilitado en clase, extraído del libro Psicología de la educación para docentes. Ediciones Pirámide