jueves, 31 de agosto de 2017

Y los profesores, ¿qué podemos aprender?

Una de las lecturas más interesantes del curso ha sido, en mi opinión, el artículo "Implicaciones de las teorías de Piaget y Vygotsky para los profesores", puesto que intenta trasladar las teorías de ambos psicólogos a la práctica.

De Jean Piaget ya hemos hablado brevemente en una entrada anterior. De Lev Vygotsky no hemos hecho aún las presentaciones.

Nacido a finales del siglo XIX, Vygotsky fue un psicólogo ruso de origen judío que, pese a morir joven, fue muy prolífico y dejó una nutrida obra. Ello le valió el sobrenombre de "el Mozart de la Psicología". De hecho, se le considera una de los más destacados teóricos de la psicología del desarrollo.

A él le debemos el concepto de zona de desarrollo potencial o desarrollo próximo, formulado dentro de su teoría sobre el aprendizaje. Dado su pronto fallecimiento, muchas de sus ideas no se difundieron hasta los años sesenta del s.XX, momento en que los círculos académicos del mundo occidental le descubrieron y encumbraron.

"La zona de desarrollo potencial no es otra cosa que la distancia entre el nivel de desarrollo actual, determinado por la capacidad de resolver individualmente un problema, y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución del mismo problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con un compañero más capaz".

He de decir que el curso pasado ya surgió este tema en una clase Didáctica General y estuvimos buscando más información en casa. En el portal Youtube se pueden encontrar vídeos breves con ejemplos y explicaciones bastante ilustrativas. Sin embargo, ahora quiero centrarme en el contenido de la lectura mencionada al principio de este post, donde se plantea la siguiente cuestión:


"Vygotsky: ¿qué podemos aprender?"

Según el psicólogo ruso, existen al menos tres formas de aprendizaje o transmisión cultural: el aprendizaje por imitación, el aprendizaje por instrucción y el aprendizaje por colaboración. A pesar de que actualmente no es una palabra "bien oída" en los círculos pedagógicos, "Vygotsky estaba más interesado en el aprendizaje por instrucción a través de la enseñanza directa o de la estructuración de las experiencias que apoyan el aprendizaje. Por tanto, las ideas de Vygotsky resultan relevantes para los educadores que enseñan de manera directa y que, además, crean ambientes de aprendizaje", según el artículo de referencia.

Cuando el niño descubre el mundo, no está solo en esta tarea. Familia, profesores y compañeros le guían y ayudan constantemente gracias al lenguaje y la posibilidad de comunicación. Pero existen culturas en que la observación es lo que conduce al aprendizaje, sin necesidad de palabras. De esta forma llegamos a otro concepto importante: andamiaje. Aunque este término se lo debemos a Wood, Bruner y Ross (1976), en realidad con él se referían a la forma en que los educadores crean o estructuran ambientes de aprendizaje, posibilidad que ya contemplaba Vygotsky, aunque para este último los intercambios entre profesor y estudiantes debían funcionar de manera más dinámica. Así, cuando ciertas partes de una tarea se le resisten al niño o al joven, el docente está atento y le apoya, produciéndose entonces un aprendizaje asistido. Por lo tanto, y todavía siguiendo a Vygotsky, la labor del profesor va más allá que la mera adecuación del entorno.

¿Cómo funciona el aprendizaje asistido? En primer lugar, el alumno debe aprender lo necesario; luego se le proporciona información y motivación; después, de forma gradual, se permite al alumno que realice cada vez más tareas por sí solo. Es decir, hay un trasvase progresivo de autonomía. Puede parecer que el profesor abandona pronto al pupilo a su suerte en el camino del aprendizaje, pero en realidad se mantiene a su lado durante todo el recorrido, dispuesto a adaptar materiales al nivel del estudiante, a mostrarle procesos de pensamiento, a acompañar al chico a través de un problema complicado e incluso a resolver con él parte de la tarea. El mentor también pueden formular preguntas que obliguen al alumno a reenfocar su atención o bien ofrecerle feedback en momentos decisivos... En cierto modo, el docente es como una sombra amiga.

El artículo al que me he referido hoy se plantea el mismo interrogante con Piaget que con Vygotsky: ¿qué podemos aprender de él? ( ;-) pregunta para reenfocar la atención) Invito al lector a repasar el texto y descubrirlo (o redescubrirlo) por sí mismo.

El caso es que a Piaget y Vygotsky, pese a provenir de países diferentes, se les encuentra a menudo juntos en los libros y artículos sobre Psicología de la Educación. Se especula que ambos podrían coincidir en la idea de intermedio mágico o "zona de emparejamiento" (Hunt, 1961), es decir, una situación de aprendizaje donde los alumnos no se sientan aburridos ni frustrados, pero donde también exista una figura que pueda echarles una mano en caso necesario. A veces, esa persona no es un profesor sino otro estudiante.

Por último, habría que hacer hincapié en el diálogo y la discusión como medios esenciales para el aprendizaje, lo que implica animar a nuestros alumnos a usar el lenguaje para organizar su pensamiento. Ni más ni menos lo que venimos haciendo al escribir este blog.


FUENTES:

Artículo facilitado en clase, con el título "Implicaciones de las teorías de Piaget y Vygotsky para los profesores". Fuente primaria desconocida.

Reseña sobre Lev Vygotsky en Wikipedia:

https://es.wikipedia.org/wiki/Lev_Vygotski

[Última consulta: 31 de agosto de 2017]

Ejemplo de vídeo sobre la zona de desarrollo potencial:

https://www.youtube.com/watch?v=U4KnR5LyUFE

[Última consulta: 31 de agosto de 2017]




1 comentario:

  1. Como siempre, excepcional en tus planteamientos. Solo te ha faltado el tema de la motivación.

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